viernes, 14 de septiembre de 2012


Santa fe de Bogotá, septiembre 13 de 2012.

Congreso de la República

Intervención en primera audiencia pública sobre educación superior
Yomaira Mosquera Arce

Estudiante Universidad del Pacífico

Colectivo comunitario Pro-defensa de la Universidad del Pacífico. DESCARGAR

FORO REGIONAL: LA EDUCACIÓN SUPERIOR QUE QUEREMOS Y LA UNIVERSIDAD DEL PACIFICO QUE MERECEMOS


FORO REGIONAL: LA EDUCACIÓN SUPERIOR QUE QUEREMOS Y LA UNIVERSIDAD DEL PACIFICO QUE MERECEMOS





Organización
COLECTIVO COMUNITARIO PRODEFENSA DE LA UNIVERSIDAD DEL PACIFICO


Lugar: CAMPUS UNIVERSIDAD DEL PACIFICO

Comunicación:
RUBÉN DARIO CAICEDO BIUZA CC. DE SABALETAS BOGOTÁ Y LA LOMA 312 816 3960
ISABELINO VALENCIA RODALLEGA: CC. NAYA 315 7720610
ORLANDO CASTILLO: CORHAPEP. CORPORACIÓN JOVENES PENSANDO HACIENDO EL PACÍFICO. 314 8741593


BUENAVENTURA
Octubre 1,2 y 3

Click =Descargar 

miércoles, 12 de septiembre de 2012


LOS ESTUDIANTES DE LA UNIVERSIDAD DEL PACIFICO Y ORGANIZACIONES COMUNITARIAS EXIGEN LA RENUNCIA DE FLORENCIO CANDELO ESTACIO. SEPTIEMBRE-13-2012. (Buenaventura-Colombia)
Protesta Unipacifico - Sep. 12-2012. Click sobre la imagen y podrá ver mas fotos
Protesta estudiantil frente a la sede administrativa de la Universidad del Pacifico (Buenaventura), los estudiantes exigen la salida del Rector de la institución, Florencio Candelo Estacio. 

jueves, 6 de septiembre de 2012

HAY PARO… Y POR QUE?


HAY PARO… Y POR QUE?

El actual clima de zozobra que envuelve la universidad del Pacífico invita a reflexionar sobre la situación estructural por la que atraviesa esta institución y preguntarnos si es posible redireccionar su misión como espacio para organizar el proyecto regional que aporte al mejoramiento de la calidad de vida de la comunidad para la cual y por la cual fue creada como última universidad pública del país. En esa medida, abordamos las razones por las que es inminente y hasta urgente un cese de actividades académicas y administrativas en la universidad del Pacífico. Las razones más urgentes son las siguientes:

  • La universidad del Pacífico es inviable administrativa y financieramente, está quebrada y se le ha ocultado la verdad a la comunidad. Este problema se arrastra desde la administración pasada y se ha intensificado en la actual como muestra de las intenciones de liquidar totalmente el alma mater.

  • Porque a pesar de esta situación se sigue ampliando su burocracia; contratando personas a cambio de favores políticos con las redes del Senador Roy Barreras: Jhon Jairo  Cárdenas (Representante a la Cámara), Lindy Javier Zamora (consejero superior), Edgar Varela y Javier Barona, su representante en Buenaventura.

  • Porque la han saqueado mediante el robo continuado con la nomina y otras modalidades de robo: Un ejemplo es el de Juan de la Cruz Mosquera, hombre de confianza de estas redes políticas, incondicional de los Barona; director administrativo y financiero desde el nacimiento de la Universidad, y por los últimos meses tesorero.

  • Porque el Señor Florencio Candelo rector actual, ha posesionado desde el inicio a personas violando la ley, sin cumplir con los perfiles exigidos para los cargos que les asigna, tal es el caso de la señora Luz Stella Gómez Zuluaga, Javier Barona hoy asesor del centro de investigaciones (instancia que no existe en la universidad).

  • Por la falta de garantías laborales y despidos injustificados de docentes y personal de servicios generales.

  • Por la ilegalidad del consejo superior, el consejo académico y demás órganos colegiados que deben regir democráticamente los destinos de la universidad.
Por estas y otras razones estructurales apoyemos el paro, convencidos que la única forma de darle nuevo rumbo a la universidad es exigiendo la renuncia del actual rector y todo su equipo, por ello  el cese de actividades no contempla dialogo con la administración del Señor Florencio Candelo.

COLECTIVO COMUNITARIO PRO DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD DEL PACIFICO

miércoles, 5 de septiembre de 2012

POR QUÉ HOY EN LA UNIVERSIDAD DEL PACIFICO, NO EXISTE UN PROYECTO REGIONAL QUE SUSTENTE SU RAZON DE SER



Porque su rector, el señor Florencio Candelo Estacio, ha mostrado ante la comunidad universitaria la incapacidad de hilvanar un discurso inteligente, sesudo, con argumentos sólidos, coherente, que dure por lo menos siete minutos. Su tono de voz vacilante y su acostumbrada excusa de: “como ustedes saben, yo soy un hombre de pocas palabras y dado que tengo otras obligaciones que cumplir, les pido el favor que me excusen”; esto es un irrespeto para los estudiantes y los profesores que están acostumbrados a ejercitar la mente en el aula de clases, con la paciencia que requiere un espacio universitario.   
No existe un proyecto regional, porque el señor Florencio Candelo ha demostrado que en su cabeza no hay lugar para pensar en ideales dignos como fortalecer el territorio-región del Pacífico; liderar iniciativas de desarrollo propio, pertinente (o étnico) para la región; colocar la Universidad del Pacífico al servicio de las necesidades y los problemas de la población afro-indígena y mestiza de la región. Estas dignas ideas para el señor Florencio son vagas ilusiones, elucubraciones sin ningún sustento real. Por ello y escudándose en sus particulares obligaciones, que en el fondo son el reflejo de su incapacidad de pensar y discutir en un espacio público, entrega la Dirección Académica de la Universidad a una persona y su equipo de trabajo (los directivos), que en su primera salida ante los profesores en el mes de agosto (semana de inducción), demostraron no conocer nada de la región y con un lenguaje propio del mundo fabril aplicado a la educación universitaria de carácter público, pretendieron descrestarnos. Grosero error, la educación pública ni en Latinoamérica, ni en Colombia, ni mucho menos en al Pacífico, puede ser concebida bajo un enfoque empresarial en donde la prioridad es la ganancia de dinero a corto, mediano y largo plazo; de ahí que el presupuesto asignado a la educación sea valorado en términos de ganancia y pérdida y no de deber estatal o de adecuada inversión social que redunde en un mejor futuro generacional.
No puede existir un proyecto regional, en una universidad que en sintonía con su enfoque empresarial incrementa las matrículas financieras de sus estudiantes dejando a un número significativo de ellos sin la posibilidad de formarse académicamente para servir a sus familias y a su comunidad.    
No puede existir un proyecto regional en una universidad en donde el departamento que se supone con mayor postura política crítica, Sociología, en cada una de sus reuniones deja en evidencia que su gran preocupación pasa por el problema de escritura y lectura que poseen los estudiantes. Se le olvida al programa de Sociología de que este problema es una consecuencia de los siglos de exclusión y discriminación al que fueron sometidos indígenas y afrodescendientes en los contextos coloniales, por lo tanto, solucionarlos requiere mucha creatividad, pero sobre todo, paciencia. Sin embargo, el Programa parece no contar con la paciencia adecuada y, en una lectura inapropiada del orden jerárquico de las urgencias, de las prioridades del contexto, deposita toda su capacidad reflexiva en recordarles a los y las estudiantes la historia de exclusión de la que ha sido y siguen siendo víctimas. La prioridad de este departamento debe ser pensar, reflexionar y actuar sobre problemáticas de mayor contenido sociológico como, por ejemplo: la urgencia de las consecuencias de los megaproyectos en la región del Pacífico. En lugar de pensar en estos problemas, el Programa persigue y reduce a una condición de indignidad laboral a los profesores Luis Ernesto Valencia y Rubén Darío Caicedo por pertenecer a unos grupos de investigación que están adscritos a la Plataforma o Colectivo “Observatorio de Conflictos Ambientales” cuyo objetivo era reflexionar sobre los problemas de la región.  

Como puede existir un proyecto regional en una universidad cuyo rector persigue y coloca también en condiciones de indignidad laboral a un significativo número de profesores que, como bien lo señala Jaime Arocha en un artículo de El Espectador, venían trabajando en la idea de incorporar los saberes ancestrales al sistema universitario, colocar la universidad en diálogo con los Consejos Comunitarios y los problemas de la región. En la cabeza del señor Florencio Candelo no puede existir un proyecto regional de esta envergadura; lo que existe es la incubación de un sentimiento tan nocivo como la envidia hacia unos intelectuales con gran reconocimiento nacional e internacional como Santiago Arboleda, Oscar Olarte y David López, quienes con facilidad concebían unos discursos que ampliamente superaban los siete minutos; conciben ideas, proyectos que no están en sintonía con la lógica clientelar partidista, traicionera a la que está acostumbrado el señor Florencio Candelo.
No existe un proyecto regional en la Universidad del Pacífico porque de manera autoritaria e inhumana, el rector se atreve a despedir sin justificación alguna a un buen número de trabajadores que día y noche, mucho antes que Florencio se apareciera, venían trabajando por el buen funcionamiento de la Universidad del Pacífico y, como fruto de su buen trabajo, alimentaban a sus familias. ¿Qué idea hilvanará ahora la cabeza de Florencio ante estas familias que se quedaron sin sustento?
No existe un proyecto regional en la Universidad porque Florencio y sus cómplices, no respetan las instancias democráticas dentro de la universidad, las cuales fueron creadas en  otrora, pese a la oposición del fallecido Omar Guido Barona, como muestra de este irrespeto e ilegalidad, Florencio destituye a Dubaney Angulo y a Jesús Ruíz (Malinke), representantes de los docentes y estudiantes respectivamente ante el Consejo Superior.   
No existe un proyecto regional serio en la Universidad del Pacífico, porque su rector Florencio Candelo Estacio no ha solucionado los problemas de corrupción administrativa y financiera que consultorías independientes como la realizada por el abogado Eusebio Camacho ha hecho durante su periodo; por el contrario, Florencio ha agudizado esta corrupción administrativa y financiera, demostrando que posee un particular don: dañar, malograr todo lo que toca
Comunidad universitaria, si no existe un proyecto regional que sustente la existencia de la Universidad, ¿entonces qué existe? Queda claro que lo que existe es la traición, la corrupción, el autoritarismo, el amiguismo, la incapacidad reflexiva y dialógica del señor Florencio Candelo Estacio y sus cómplices. Con gente así no se dialoga sino que se procede bajo la siguiente consigna:
¡Pa’ fuera Florencio y sus cómplices, la Universidad se rehace!
COLECTIVO PRO DEFENSA DE LA UNIVERSIDAD DEL PACÍFICO
Buenaventura, 4 de septiembre de 2012 


CARTA DE DESPEDIDA-SANTIAGO ARBOLEDA QUIÑONEZ-UNIPACIFICO


Descargue..

DIAGNOSTICO SITUACIONAL DE LA UNIVERSIDAD DEL PACIFICO

DIAGNOSTICO SITUACIONAL DE LA UNIVERSIDAD DEL PACIFICO


ABOGADOS CONSULTORES LTDA
DR. EUSEBIO CAMACHO HURTADO
NIT. 900308349-3


Descargue

martes, 4 de septiembre de 2012

Grupo de Académicos e Intelectuales en Defensa del Pacifico Colombiano, GAIDEPAC


Sr. Rector Florencio Candelo Estacio
Universidad del Pacífico
Buenaventura
fcandelo@unipacifico.edu.co; rectoria@unipacifico.edu.co

Apreciado Señor Rector:

Cordial saludo.   Por medio de la presente le escribimos para manifestar nuestra preocupación por la situación de los docentes Santiago Arboleda, David López Rodríguez, Oscar Olarte, y Alfredo Vanín, entre otros  integrantes del Colectivo de Investigaciones sobre Conflictos Ambientales de la Universidad del Pacífico.

Como grupo de Académicos en defensa del Pacífico colombiano –Gaidepac– nos suscribimos a una visión alternativa del Pacifico genuinamente sustentable, pluralista, con amplia participación de las comunidades afrodescendientes, indígenas, y campesinas en la elaboración de la visión propia de la región.  Es por esto que desde hace dos años lanzamos una campaña internacional, “Otro Pazífico Posible”, en la cual coincidimos con los intereses del Colectivo.  Estamos convencidos que cualquier forma de desarrollo convencional es destructiva para el Litoral y sus comunidades. Por eso nos apoyamos en el trabajo de los intelectuales críticos de la región, sus organizaciones étnico-territoriales, y las comunidades locales, para luchar por otro futuro para el Pacífico.  Estamos convencidos de que soñar con otro Pacífico posible es una tarea histórica en los actuales momentos de crisis ambiental y social regional, nacional, y global.

Es tradicional en todas las universidades del mundo el respeto a la libertad de cátedra.  Desde esta perspectiva, las acciones tomadas desde su administración van contra este principio y pueden aparecer como arbitrarias.  Le invitamos a usted como rector de la institución a evaluar y reconsiderar las medidas tomadas como un paso decidido a la legitimidad de la libertad de cátedra.  Vemos este paso como un requerimiento indispensable para que un pensamiento renovado y crítico desde y sobre la región, pueda surgir de las aulas de Unipacífico,  lo cual es indispensable para avanzar en lo que esperamos de la Universidad del Pacífico como una de las universidades afrolatinas llamadas a fundamentar un pensamiento intercultural, dando fuerza en la construcción de desarrollo con pensamiento propio, no sólo para la universidad del Pacífico, sino para otras universidades en la Región.

Agradecemos su atención y colaboración 

Grupo de Académicos e Intelectuales en Defensa del Pacifico Colombiano, GAIDEPAC

c.c. Representantes estudiantiles ante el Consejo Superior, Académico y Bienestar Universitario, “Hamington Valencia Viveros " <havavi22@hotmail.com>, "Wbeimar Díaz Sierra"
<diaz03julcmp@hotmail.com>, "Cra. U" <lamiarebolledo05@hotmail.com>,


Representantes y ex-representantes recientes de docentes de Unipacífico a diversas instancias: "dubaneya" <dubaneya@yahoo.com>,"juan carlos cordoba quintero" <juancord9@hotmail.com>, "Diana Rayo" <dianarayo70@hotmail.com>, "Augusto Angulo" <angulosinisterra@gmail.com>

Firmado:

Por el Grupo de Académicos e Intelectuales en Defensa del Pacífico (GAIDEPAC)

a)       En el exterior:

Kiran  Asher, Depto. de Estudios Internacionales, Clark University, Worcester, USA
Teo Ballvé, Depto. de Geografía, University of California, Berkeley, USA
Michael Birenbaum Quintero, Depto. de Música, Bowdoin College, Brunswick, USA
Mario Blaser, Depto. de Estudios Aborígenes, Memorial University of Newfoundland, Canada
Marisol de la Cadena, Depto. de Antropología, University of California, Davis, USA
Juana Camacho, Depto. de Antropología, University of Georgia, Athens, USA
José Jorge de Carvalho, Profesor de Antropología de la Universidad de Brasília
Arturo Escobar, Depto. de Antropología, Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill, USA
Gustavo Esteva, Universidad de la Tierra, Oaxaca, México
Charles Hale, Depto. de Antropología, University of Texas, Austin, USA
Juli Hazlewood, Consultora UNESCO, Quito, Ecuador
Soren Hvalkoff, Rainforest Foundation, Oslo, Noruega
Joseph Jordan, Profesor de Estudios Afroamericanos, Universidad de Carolina del Norte, Chapel Hill
Agustin Laó, Depto. de Sociología, University of Massachusetts, Amherst, USA
Enrique Leff, Professor of Ecología, UNAM, México
Paula Lezama, Institute for the Study of Latin America and the Caribbean, U. of South Florida
Martha Machado, Ámsterdam
Karl Offen, Depto. de Geografía, University of Oklahoma, USA
Ulrich Oslender, Depto. de Estudios Globales & Socioculturales, Florida International University, Miami
Alejandro Parellada, IWGIA, Copenhague, Dinamarca
Tianna Paschel, Depto. de Sociología, University of Chicago
Jean Rahier, Estudios Africanos & Diaspóricos, Florida International University, Miami
Joanne Rappaport, Depto. de Antropología, Georgetown University, Washington, USA
Dianne Rocheleau, Depto. de Geografía, Clark University, Worcester, USA
Cristina Rojas, Depto. de Ciencia Política, Carleton University, Ottawa, Canada
Jhon Anton Sanchez, Investigador y Docente, Instituto de Altos Estudios Nacionales, Quito
Michael Taussig, Dept. of Anthropoogy, Columbia University
Irene Velez-Torres, Depto.de Geografía, University of Copenhagen, Denmark
Peter Wade, Depto. de Antropología, University of Manchester, UK
Catherine Walsh, Estudios Culturales Latinoamericanos, Universidad Andina Simón Bolívar, Quito

b)       En Colombia:

Jaime Arocha, Miembro Comité Científico Internacional, Proyecto UNESCO La Ruta del Esclavo, Resistencia, Libertad y Patrimonio
Oscar Almario, Depto. de Historia, Universidad Nacional de Colombia, Medellín
Juan Ricardo Aparicio, Universidad de los Andes, Bogotá, Colombia
Patricia Botero Gómez, Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, Universidad de Manizales
María Eugenia Chaves, Depto. de Historia, Universidad Nacional de Colombia, Medellín
Gustavo de Roux, Investigador Independiente, Cali
Gladys Jimeno, Experta en Derechos Humanos, Bogotá, Colombia
César Monje, Ecólogo e Investigador Independiente, Bogotá, Colombia
Eduardo Restrepo, Instituto Pensar, Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia
Manuel Rodríguez Becerra, Facultad de Administración, Universidad de los Andes, Bogotá
Axel Rojas, Departamento de Estudios Interculturales, Universidad del Cauca, Popayán, Colombia
Amanda Romero, Facultad de Derecho, Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, Tunja
Mario Diego Romero, Depto. de Historia, Universidad del Valle, Cali
Astrid Ulloa, Depto. de Geografía, Universidad  Nacional, Bogotá
Patricia Vargas, Investigadora independiente, Bogotá
Hildebrando Vélez, Ciencias Ambientales,  Universidad del Valle, Cali


ASUNTO SENTIPENSANTE A PROPÓSITO DE UN TRAIDOR.


Buenaventura, Agosto 7 de 2012


Universidad del Pacífico

ASUNTO SENTIPENSANTE A PROPÓSITO DE UN TRAIDOR.

Postura del colectivo “Observatorio de Conflictos Ambientales” ante la declaración de insubsistencia del Director Académico Dr. Santiago Arboleda, la persecución a los investigadores Oscar Olarte Reyes y David López Rodríguez, a la profesora Dubaney Angulo junto con otros cuatro excelentes docentes del DELIN y, el despido injustificado de los trabajadores de servicios generales.

Los Hechos:

Desde años atrás existe un proyecto de universidad en la memoria del Pacífico de Colombia, fue soñado por separado en diversas playas y pasa por la imaginación de poetas, artistas, científicos y reformadores. Pero es monseñor Gerardo Valencia Cano el que empieza a pronunciarlo con mucha fuerza. El proyecto va tomando forma por etapas y empieza a ser ejecutado en los primeros años del siglo XXI. La idea inicial de monseñor y su objetivo general es fortalecer el territorio; su espíritu apunta a crear programas académicos al servicio de la población afro-indígena y mestiza con el fin de recrear lo local y enriquecerlo con el legado de las ciencias aplicadas a las condiciones de la selva húmeda tropical, las aguas dulces y saladas que la acompañan (incluidos los grandes aguaceros preñados de centellas) y las formaciones urbanas que se perfilan.

Por eso los consejos comunitarios, resguardos indígenas, las organizaciones sociales, étnico-territoriales, campesinas, populares y las gentes con iniciativa empresarial, son las llamadas a dialogar con su universidad; son ellos y ellas quienes deben tomar la iniciativa y decirnos cómo la necesitan. Son los jóvenes renacientes los que deben decirnos cuál es su propuesta, cómo debemos construirla y cuál es la sociedad en la que desean vivir.

Florencio Candelo Estacio recibió el apoyo de todas esas organizaciones y otros sectores de la sociedad porteña, juró ser leal al proyecto pero torció el rumbo con el que se comprometió y rápido cayó en el amiguismo, el clientelismo, los negocios bajo la mesa, etc. Para comprender sus motivaciones y su decisión de prescindir del doctor Santiago Arboleda Q. y de los excelentes trabajadores y profesores mencionados, se esbozará a continuación los antecedentes de la Universidad del Pacífico en cinco momentos de su historia:

1.      El primer momento, protagonizado por monseñor Gerardo Valencia Cano tiene un enfoque identitario y apunta a brindarle herramientas a las gentes y empoderar sus ansias de ser libres, es decir, fortalecer la identidad en consonancia con el paisaje y los sistemas naturales. Se adelantó al proyecto ecológico enmarcado en la nueva visión latinoamericana, una propuesta de convivencia de nueva humanidad. Pese a su muerte o asesinato en 1972 sus seguidores, perseguidos por la élite racista del momento, no se amilanaron; insistieron en propagar la idea de una universidad de y para las gentes del Pacífico.

2.      El segundo momento se presenta en los años ochenta del siglo pasado con la iniciativa de varios y varias bonaverenses que impulsaron un programa de Derecho con el nombre de Universidad del Pacífico. Estas personas entre otras, entregaron la idea a don Omar Guido Barona, honorable miembro de la ya desacreditada Cámara de Representantes, quien recogió la iniciativa, realizó los trámites y logró la promulgación de la Ley 65 de 1988 por medio de la cual se creó la Universidad. Logra la ley y se la embolsilla, rompe con la comunidad que le dio la idea y la pone en su cartera, abandonando a los líderes y los declara sus enemigos. Así, la ley duerme hasta 1993 cuando la coyuntura de la Ley 70 crea el marco jurídico para obtener su financiación. Omar Barona compone su círculo y la Universidad del Pacífico inicia lidiando con personajes como Juan de la Cruz Mosquera, su hombre de confianza en el cargo de Director Administrativo y Financiero (actualmente investigado por el  desfalco  a través de la nómina). Omar Guido, el artífice de la Ley 65 de 1988 recibe de sí mismo la rectoría y avanza con un comité organizador donde están representados distintos entes del Estado. Organiza en conjunto la acción y termina haciendo y deshaciendo a su antojo.

Escamoteó entonces la idea inicial. El enfoque altruista de monseñor se diluyó en las chequeras de los funcionarios y empieza con Omar Guido la era de las corruptelas, de las tesorerías amarradas a partidos políticos; la Universidad nace con un Juan de la Cruz a cuestas, le da la espalda a la comunidad, engorda las burocracias y a nombre de una revolución étnica y territorial pelechan en los puestos públicos funcionarios que terminan convirtiendo en propiedades privadas los espacios donde realizan sus funciones.

3.      El tercer momento, en los años noventa, inicia con la Ley 70 de 1993 en cuyo artículo 62 se definió el procedimiento financiero para poner en marcha la institución a la luz del enfoque étnico afro tanto de dicha ley, como de los términos del articulado sobre educación y formación del convenio 169 de la OIT de 1989 (más conocido como “Legislación Mundial Especial para los Pueblos Indígenas y Afrodescendientes del Mundo”). 

4.      En el cuarto momento, se pone en marcha la Universidad del Pacífico,  El diseño curricular fue entregado a la Universidad de los Andes (Instituto SER) y lo étnico y lo autónomo desaparecen para configurar un plan de estudios de universidad convencional y paramuna. Una visión andino-céntrica que ha logrado arrastrarse hasta estos días.

El año 2011 incluye la propuesta con la cual se accedió a la rectoría actual. El Dr. Santiago Arboleda había liderado dicha propuesta y por imprevistos administrativos de su candidatura como rector, puso el programa en manos de Florencio Candelo Estacio, quien se había comprometido a impulsar una refundación de la Universidad, que recogía y enriquecía la propuesta de monseñor Valencia Cano a la luz de los nuevos derechos étnicos y territoriales. Pero se comportó como un traidor.

Lo que a Florencio se le entregó fue un programa construido colectivamente, para una Universidad Pública, con organizaciones étnico-territoriales, cívicas, cooperativas de trabajadores, consejos comunitarios, organizaciones juveniles, académicos, filósofos naturales, pescadores con ciencia propia y artistas. El programa salió de reuniones donde la gente pensó, sintió el pacífico y entregó sus aportes. La meta consiste en integrar la Universidad a la región con una visión a 20 años. Por primera vez se hacía este ejercicio de gran valor pedagógico para la orientación y la vida de las organizaciones públicas para darle dirección a los procesos educativos y participativos que miran hacia el futuro.

Candelo traicionó a la región, a Tumaco, a Guapi, a El Charco, a Satinga, a Iscuandé, a Merizalde, a los porteños, a su pueblo y puso al descubierto sus intenciones de mantener y mantenerse en el poder…, en aquel pequeño poder que se le confirió. No se conformó el traidor con ponerse del lado de los corruptos sino que se entregó a perseguir a trabajadores y profesores cuya única falta ha sido formar un grupo de investigación, programar la publicación de tres revistas (“Sabia”, “Mucha Sabia” y “Sentipensante”), proponer la publicación de dos libros sobre la cuestión étnica y ambiental en el Pacífico, divulgar entre los jóvenes el método de la Investigación Acción Participativa, para romper con el encierro que separa la academia de la realidad social (y que dificulta los procesos de conocimiento para privilegiar los métodos que practican los académicos oficinistas), para enfrentar la embestida que el capital ejecuta contra el territorio y la sociedad pacífica.

Para tratar de tapar esta realidad, Candelo y sus aliados desarrollaron una campaña de difamación e intriga contra el Dr. Santiago Arboleda y el colectivo de investigadores “Observatorio de Conflictos Ambientales”, valiéndose, como es popularmente sabido, de marionetas y títeres burocráticos. Esta campaña de difamación es una cortina de humo que busca ocultar la red de corrupción administrativa y financiera que explotó en las manos de Candelo, liderada entre otros por el tristemente célebre Juan de la Cruz Mosquera quien hasta hace poco, fungía como tesorero de la institución con el respaldo y la exigencia del representante del presidente ante el Consejo Superior Universitario, ex profesor del programa de Agronomía: Lindi Javier Zamora, incondicional de la familia Barona que se cree dueña de la universidad.

Se hace un llamado a la comunidad universitaria, a la  comunidad regional, a la academia e intelectualidad nacional e internacional, a las organizaciones a defender la universidad, los intereses de todos los costapacifiqueños, en especial los sectores de origen indígena y afrodescendiente. Este llamado se orienta a recuperar el ideario de monseñor Valencia Cano y las iniciativas populares y étnicas territoriales de la formación de la Universidad del Pacífico, oponiéndose frontalmente a las aspiraciones arbitrarias de los corruptos que la desangran.

 ¡Solidariamente!

 Colectivo “Observatorio de Conflictos Ambientales”

Universidad del Pacífico – Sede Buenaventura

MENSAJE SOBRE MI DESVINCULACIÓN DE UNIPACÍFICO - David Lopez


MENSAJE SOBRE MI DESVINCULACIÓN DE UNIPACÍFICO 
                                                                                                                             Profesor David Lópezhttps://mail.google.com/mail/u/0/images/cleardot.gif
  
El pasado 31 de julio en medio del segundo día de la Primera Minga "Sintiendo, Pensando y Haciendo el Pacífico", convocada por el colectivo de investigaciones sobre conflictos ambientales de la Unipacífico en Buenaventura y que integramos con Santiago Arboleda, Alfredo Vanín y Oscar Olarte entre otros, recibimos la infortunada notificación de la resolución del actual rector de Unipacífico Florencio Candelo, de declaratoria de insubsistencia a Santiago como director académico de la institución a partir del primero de agosto. 

El conjunto de los y las participantes en dicho evento inmediatamente emitimos una misiva al rector, conminándolo a revocar dicha resolución. 

Además Santiago nos informó a Oscar Olarte y a mí, luego de recibir su notificación, que acababa de recibir también y tardíamente la planeación del próximo semestre de parte de César Orobio, director de Sociología, en la que nos quitó la carga académica que ya nos había sido asignada al colega Oscar y al suscrito, es decir, no nos harán nuevo contrato esta institución.

Para rematar, Alfredo quien acababa de sustentar la cátedra afrodiaspórica para Unipacífico y que fue aprobada y elogiada por el rector semanas atrás, queda ésta en el aire y él también pues su principal animador era Santiago y nunca le observó compromiso real al rector.

Entiendo que el actual rector traiciona el proyecto con el cual fue elegido. El colectivo antes mencionado emitirá un pronunciamiento público que saldría el próximo lunes. 


¿Por qué razones César Orobio con sus inmediatos colaboradores Carlos Palacios y Henry Hincapié entre otros, con la complicidad de Florencio Candelo evidenciada en el modo tardío de entrega de la planeación del segundo semestre 2012 a la dirección académica, tomaron esa determinación sin ofrecer ninguna argumentación al respecto?

A mi juicio y para la discusión por lo siguiente:

-          Porque no comparten y por tanto no asumen los presupuestos filosóficos y metodológicos de la Investigación Acción Participativa (IAP), y que intentamos adelantar con el colega Oscar Olarte a través de las Prácticas de Formación Profesional (PFP) de sociología y, del proceso investigativo desde la universidad, tanto en los terrenos ganados al mar al sur de la isla Cascajal como en la cuenca del Anchicayá.

-          Porque subvaloran o desconocen que es precisamente con la IAP que hay la relación o correspondencia más aproximada e imprescindible entre las corrientes de pensamiento sociológico, con el nuevo proyecto de universidad plasmados en la actual Exposición de Motivos de la MANE, de convertir la Universidad del Pacífico entre otras cuatro en el país, como universidades no-convencionales, de carácter étnico, especial y público y que fue además, uno de los ejes específicos del movimiento estudiantil de Unipacífico, en su rechazo al proyecto de reforma que el gobierno nacional intentó durante el 2011.

-          Porque en realidad tampoco comparten el acompañamiento, propiciado por la dirección académica destituida, del doctor Javier Fayad con el propósito específico en Unipacífico de acometer con el concurso también de sus docentes, un proceso gradual de conversión de una universidad convencional en una no-convencional, tal como ahora también la vocería de la MANE se lo propondrá al gobierno nacional. El Dr. Fayad lleva por lo menos treinta años a su vez de acompañamiento en los procesos de educación propia de los indígenas en Colombia y que, ya han puesto en marcha cinco universidades desde sus pueblos y como en otros países de América Latina.     

-          Por mi postura de no aceptación de los términos de la ONG Bioparques para adelantar en convenio con Unipacífico, una investigación etnohistórica en los ríos Dagua y Anchicayá, pues se pretendía realizar de modo precipitado y sin tener en cuenta los ritmos y derechos culturales de sus Consejos Comunitarios.

-          Por mi postura explícita de modo verbal y escrita, de no aceptación de un convenio entre Sociología de Unipacífico y una iniciativa liderada por la Armada Nacional a través del Comité de Gremios de Buenaventura, con el propósito de recuperar la imagen deteriorada de aquella institución en nuestro contexto, pues viola el principio de neutralidad que como actor civil a Unipacífico le obliga a la luz del Derecho Internacional Humanitario y, poniendo en riesgo actuaciones de otras delegaciones de Unipacífico en la zona.

-          Por mi postura además de desacuerdo (ver archivo adjunto) con el cierre de inscripciones a sociología en el segundo semestre del 2012.

-          Porque también subvaloran y desconocen tanto un nuevo tipo de relaciones formales entre los Consejos Comunitarios y Unipacífico (ver archivos adjuntos), tal como lo comenzamos a ejercitar por parte del colectivo de investigaciones sobre los conflictos ambientales del Pacífico o, Plataforma de Investigadores, como con otros actores sociales de Buenaventura que iniciamos también con la Primera Minga “Sintiendo, Pensando y Haciendo el Pacífico” – Análisis Geopolítico desde Buenaventura.                


¡Siempre para todos y todas un calidísimo abrazo zambolibertario y con la convicción, que esto es un hasta luego pues el original prospecto liberador y étnico territorial de la Unipacífico, con toda certeza, volverá a juntarnos!


David Lópezhttps://mail.google.com/mail/u/0/images/cleardot.gif

¿Buen viento y buena mar? - Alfredo Vanín


¿Buen viento y buena mar?
Alfredo Vanín
La de Buenaventura ha sido siempre una historia de heroísmos para la sobrevivencia de la mayoría anónima de su población, dedicada a los oficios más diversos para costearse el orgullo de vivir en un puerto y la dignidad de ser herederos de una lucha sin tregua contra el destino, la discriminación y la pobreza.

“El bastión de las carencias materiales”, la llamé alguna vez, en un artículo que destacó la revista Arcadia. Pero no de carencias culturales y simbólicas ni de inteligencia y personalidad social. Buenaventura ha sido siempre uno de los pueblos más golpeados, más explotados y engañados, pero sigue manteniendo en alto la única esperanza de toda sociedad humana: que los tiempos cambien. Aunque en el caso nuestro, empeoran siempre, como en todo el Pacífico.

La antigua obsesión que dominaba los discursos oficiales sobre el “desarrollo de la costa pacífica” hizo crisis ante la evidencia de un desarrollo basado en la explotación del otro, en su discriminación y falta de oportunidades y en la destrucción de la biodiversidad, sin la cual nuestros pueblos afropacíficos e indígenas quedan desvalidos para suplir sus necesidades básicas y simbólicas. Desde que tengo memoria –y lo recuerda también el científico Raúl Cuero en su libro autobiográfico De Buenaventura a la Nasa- la gente de Buenaventura ha sufrido la discriminación. Los mejores puestos siempre correspondieron a los provenientes del interior del país, y más exactamente a gente que no tenía mucha melanina en su piel.

Ahora no puede decirse que no haya afros en el poder, porque los municipios están manejados por alcaldes nativos, al igual que los consejos municipales, e incluso instituciones estatales que antes parecían inaccesibles para los afropacíficos; pero salvo excepciones honrosas,  las cosas no han cambiado mucho. La mayoría de los políticos y gobernantes regionales  gozan de vicios de corrupción que no son posibles de  explicar sin que se sienta la falta de conciencia y sensibilidad social ante un pueblo que ha sufrido despiadadamente la pobreza y la exclusión.  Incluso algunos líderes de comunidades negras –subrayo: algunos, porque conozco gente honesta-  han caído en la mentalidad individualista de jugarse “lo suyo”, en clara alusión a los recursos que deberían servir para adelantar los proyectos de vida y la capacidad política de decisión de las comunidades.

Para colmo, los cultivos ilícitos de coca, en contubernio con nuestra posición estratégica para el contrabando, trajeron una violencia de nuevo cuño que ha destrozado los tejidos sociales, productivos y organizativos de las comunidades afros e indígenas, reduciendo el territorio a un vasto centro de operaciones criminales, de desplazamiento masivo,  a monocultivos de banano en el Urabá, de coca y  palma africana en territorios antes dedicados al aprovechamiento sostenible por parte de los grupos humanos ribereños.   
Donde había unas comunidades con sus infaltables conflictos internos, hay ahora grupos narcos  dispuestos a cualquier estrategia para mantener monocultivos, desarticular procesos comunitarios y desalojar a la gente, cumpliendo además con el mandato de la guerra colombiana y del capitalismo salvaje de monopolizar la tierra, los recursos de los entes territoriales, de la salud, y también de la biodiversidad: suelo, subsuelo, agua, genes, y  productos elaborados por la naturaleza.

Para que haya auténtico desarrollo, éste debe impulsarse desde adentro. El estado es un instrumento de apoyo y regulación, pero no debe ser considerado una madre inagotable ni un padre que decide los rumbos de cada comunidad. Pero ese desarrollo debe tener  un balance entre la cultura, el territorio, la comunidad y sus relaciones con los ecosistemas. La formación de hombres y mujeres en sus territorios y comunidades debe considerarse como un proceso esencial para el futuro. 

Y para colmo, el centro de formación regional más importante, la Universidad del Pacífico, viene sufriendo conmociones y crisis desde sus inicios. El viejo proyecto, cristalizado por fin en un centro universitario regional, con sede principal en Buenaventura y subsedes en Tumaco y Guapi, se resiente de los manejos financieros dados a la Universidad que la tienen doblegada y sin posibilidades de sacar adelante un programa que muchos alumnos, profesores y  sus directivas han forjado de manera conjunta. La Universidad fue creada por ley de la nación como universidad pública. Ningún proyecto como éste es individual ni puede ser obra  de un solo grupo, sino que debe trabajarse como un programa colectivo, en el que las comunidades tengan asiento, como lo demostró hace poco la reunión con los consejos comunitarios en el Campus de la Universidad, que le pertenece a sus comunidades, padres de familia y estudiantes que ahora pueden acceder a la educación superior en su propia tierra.

Las investigaciones oficiales ya comenzaron en la Universidad del Pacífico,  de manera que tendrá que aclararse como han sido esos manejos desde la creación de la U. hasta la renuncia del anterior tesorero. La U. está nadando en poca  agua y la academia está  entorpecida por la falta de recursos, mientras se le hace una guerra mediática a uno de nuestros mejores investigadores, me refiero a l doctor Santiago Arboleda, director Académico de la Universidad, comprometido con el Pacífico y la realidad afrocolombiana, en una jugada a tres bandas que pretende desestabilizar a la institución para adueñarse de ella y  jugar a una universidad personalizada, ahondando la crisis que aprovecharía el sistema educativo para engullirla y desaparecerla.

Los antiguos marineros, navegadores con sextantes, exclamaban siempre: “¡Buen viento y buena mar!”. Todavía hay un amigo que me despide siempre de esa ilustre manera, una expresión petrificada en el tiempo de los veleros, contrastada con esta tecnología de navegadores por satélite. Pero esta no es la expresión que pueda dedicarse ahora a la vida en Buenaventura, aunque no perdemos las esperanzas de que resucite la conciencia social comunitaria y la solidaridad de hombres y mujeres logre el despegue contra la marginalidad y la corrupción y los rezagos coloniales.  

Alfredo Vanín